La conquista española
El año 1522, cinco navíos españoles partieron desde Panamá para explorar las costas del litoral pacífico. El piloto mayor eraAndrés Niño quien bautizó al golfo de Fonseca y el 31 de mayo desembarcó en una isla a la que llamó «Petronila» (Meanguera).31 Para junio de 1524 el conquistador Pedro de Alvarado atravesó el río Paz con tropas españolas acompañadas de indios auxiliares, e inició el sometimiento de los nativos en el actual territorio salvadoreño. Los colonizadores establecieron en los años posteriores diversas poblaciones: San Salvador, erigida en 1525 pero que tuvo su asiento definitivo en 1545; San Miguel, cuyo primer asentamiento surgió en 1530; y la villa de la Trinidad (Sonsonate), fundada en 1553. Todo el territorio comprendería las Alcaldías Mayores de Sonsonate y San Salvador, ambas parte del Reino de Guatemala. Junto a la conquista española también se desarrolló el mestizaje, el proceso de evangelización católica, la enseñanza del idioma castellano, y el arribo de esclavos africanos.32
Por la escasez de oro y plata, el Reino no tenía la preponderancia de otras posesiones americanas, por lo que sustentó su economía en la agricultura. Para la creación de riqueza era aprovechado el trabajo de los indios, así como la apropiación de tierra.33 Además, los nativos, reducidos a pueblos de indios,34 eran sujetos a tributos, y no fueron raras las quejas por abusos de autoridad. De hecho se registró un motín en Izalco el año 1725.35
La conquista centroamericana tuvo una etapa inicial de extracción de materias primas, a la que siguió la dependencia de un producto de exportación: primero fue el cacao cuyo cultivo de grandes plantaciones empezó desde 1540 en la provincia salvadoreña, principalmente en la región sonsonateca;36 37 y después el tinte de añil que desde 1600 era de gran importancia para la economía del Reino y de San Salvador especialmente, ya que era su principal producto de exportación.38 En contraste, su proceso de elaboración perjudicaba la salud de los obreros indígenas.37 A estos artículos se añadían el hierro de Metapán y también el denominado bálsamo del Perú cuya exportación, como sucedió con el añil, perduró una vez terminado el dominio español.39 Sin embargo, en este período existieron factores que menoscababan el dinamismo de la economía, tales como: la merma de la población indígena por enfermedades, recesiones provocadas por las guerras en las que se enfrascaba la corona española, pésimas vías de comunicación, plagas de chapulín, y el dominio del comercio en la región por los ricos comerciantes afincados en la ciudad de Guatemala, entre otros. Para 1785, en virtud de las reformas borbónicas, se instituyó la Intendencia de San Salvador.
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